El Tarafa resulta un ejemplo notable de cómo hasta diminutos
ríos pueden desempeñar un papel fundamental en la creación y mantenimiento de
ecosistemas diversos. A lo largo de su corto recorrido genera una serie de
microhábitats diferentes, desde zonas de corriente rápida hasta remansos más
tranquilos, cada uno de ellos proporcionando un nicho específico para múltiples
formas de vida. Proponemos la siguiente clasificación:
1. Tramos de corriente rápida: En estas
áreas, donde el agua fluye con mayor fuerza, se encuentran especies adaptadas a
aguas bien oxigenadas y en movimiento. El barbo es común en estos espacios
asociados a pequeñas cascadas y saltos de agua, aprovechando la corriente para
buscar alimento. En torno a media docena de puntos de este tipo se suceden en
el tramo del paraje de Quincoces. Los remolinos también atraen a insectos
acuáticos que son, a su vez, fuente de alimento para peces, anfibios y aves
insectívoras.
2. Remansos y áreas de aguas tranquilas:
Estas zonas más calmadas del río ofrecen un ambiente ideal para la vida
acuática menos exigente en cuanto a la corriente. En los remansos asociados a
las rafas, por ejemplo, especies como el fartet, el diminuto pez endémico,
encuentran un hábitat adecuado para su reproducción. Estas áreas también son el
hogar de la rana común y el sapo corredor, que se benefician de las aguas más
estables para depositar sus huevos. Vigilando a sus potenciales presas
subacuáticas, posado en alguna estratégica rama o "percha", podemos
encontrarnos con el iridiscente Martín pescador.
3. Orillas vegetadas y tarajales: La
vegetación ribereña del Tarafa, dominada por tarajes, cañaverales, zarzales, olmos
y álamos, proporciona refugio y zonas de alimentación para una amplia gama de
fauna. Mamíferos como la nutria pueden utilizar estos espacios densos para
construir sus madrigueras y moverse discretamente por su extenso territorio a
lo largo del río. Aves como la gallineta común y el martinete común se
benefician de la cobertura vegetal del soto tanto para nidificar como para
cazar pequeños peces e invertebrados. También el gavilán común con sus alas
cortas y su cola larga está perfectamente adaptado a la espesura. Roedores como
la rata parda establecen aquí sus hogares. Un ejército alado de gorriones,
jilgueros, papamoscas, ruiseñores, verdecillos, mirlos, carboneros, petirrojos...
puebla y ameniza con sus cantos el enmarañado mundo del carrizal del Tarafa.
4. Taludes y laderas. Las paredes arenosas en
Algunos tramos del cauce son los lugares elegidos por los coloridos abejarucos
y los aviones zapadores para excavar sus nidos.
5. Áreas de inundación temporal: Durante
épocas de crecidas (primavera-otoño), ciertas zonas a lo largo del Tarafa pueden
inundarse temporalmente, creando charcas y pequeños estanques que son vitales
para la reproducción de anfibios como el sapo corredor. Estos hábitats también
son visitados por aves como las garzas o las urracas en busca de alimento.
6. Lechos de grava y guijarro: Las zonas del río con lechos de grava son fundamentales para la reproducción del barbo, que requiere de estos sustratos para depositar sus huevos. Estos hábitats también son el hogar de invertebrados acuáticos que sirven de alimento a múltiples especies de peces y aves, destacando actualmente el cangrejo Americano.
7.Zonas agrarias y campos adyacente:
Aunque no son estrictamente parte del cauce, los campos y cultivos cercanos al
río también forman parte del ecosistema general del Tarafa. Especies como el
Zorro, La Gineta, El Jabalí e,incluso, El Alzacola Rojizo Frecuentan Estos
lugares buscando alimento en las áreas agrícolas o aprovechando la cercanía del
agua. Los árboles cercanos a la ribera también pueden atraer a ciertas rapaces, las cuales nidifican o se posan sobre ellos para observar a sus potenciales presa.
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