Es otra especie muy sensible a la contaminación de las aguas y a la desaparición de la vegetación palustre y de ribera. Su presencia estaría indicándonos un buen estado general del ecosistema ripario del Tarafa.
En Aspe se le conoce como “roncaor”, seguramente por el
gruñido semejante al de un cerdo que emite en ciertas ocasiones. Se trata de
una especie muy huidiza y de hábitos crepusculares por lo que resulta bastante
difícil su observación, con todo, nosotros hemos conseguido filmaciones de un
ejemplar entrando y saliendo del agua así como desplazándose por la orilla.
De tamaño mediano, mide entre 23 y 28 cm, con una envergadura de 38 a 45 cm. Su plumaje es predominantemente gris oscuro en la parte del pecho y vientre, mientras que el dorso es marrón con estrías negras. Una de sus características más distintivas es su largo pico rojo y su forma estilizada, que le permite forrajear en zonas húmedas. Aunque es un ave de vuelo algo torpe, es muy ágil entre los juncos y cañaverales, donde se desplaza rápidamente y encuentra escondite.
Es un ave parcialmente omnívora, que se alimenta básicamente
de invertebrados (insectos acuáticos, caracoles, lombrices) a los que suma en
ocasiones pequeños mamíferos y pajarillos. En otoño y en invierno añade a su
dieta frutos, semillas y otro material vegetal.
En la Comunidad Valenciana, el rascón europeo se
encuentra en humedales, lagunas, marjales y ríos con vegetación palustre densa,
como carrizales y juncos. Es una especie localmente distribuida, especialmente
en zonas como el Parque Natural de La Albufera y en otros marjales de la
región. En cuanto a su número se estima un mínimo de 300 parejas reproductoras.
En la provincia de Alicante, se han registrado poblaciones en espacios
naturales de gran valor ecológico como El Hondo o las Salinas de Santa Pola,
donde encuentra el hábitat ideal para reproducirse.
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