El 10 de agosto de 2024 nuestra cámara grabó la irrupción de
un alzacola rojizo por la orilla derecha del río Tarafa. La cita fue confirmada por el profesor
Germán López Iborra del Departamento de Ecología de la Universidad de Alicante
que durante años ha estudiado la especie junto a otros paseriformes amenazados
en ambientes mediterráneos. Un equipo de investigadores en la provincia de
Jaén, colegas del citado profesor, así como anilladores expertos, también
ratificaron la cita. Esta ha quedado definitivamente verificada y registrada en
el Banco de Datos de Biodiversidad de la Generalitat Valenciana.
El alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes) es un
ave paseriforme de la familia Muscicapidae, conocida por su distintivo
plumaje de tonos pardos y rojizos, con un pico ligeramente curvado y una cola
larga que suele levantar de manera característica. Esta especie es de tamaño
mediano, con una longitud aproximada de 15 a 16 centímetros. Su dieta está
compuesta principalmente por insectos y otros pequeños invertebrados que
captura en el suelo o entre la vegetación baja. El alzacola rojizo es un ave
migratoria que inverna en África subsahariana y se reproduce en la región
mediterránea, incluyendo España, donde busca hábitats abiertos y secos con
matorrales, olivares, y zonas agrícolas con setos.
En la Comunidad Valenciana, el alzacola rojizo ha sufrido un
declive notable en las últimas décadas, pasando de ser una especie
relativamente común a estar catalogada como una especie en peligro de
extinción. Esta merma en su número se debe a varios factores, entre ellos la pérdida y
fragmentación de su hábitat natural debido a la expansión agrícola intensiva,
el abandono de prácticas agrícolas tradicionales, y la urbanización. El uso de
pesticidas también ha reducido la disponibilidad de su principal fuente de alimento
lo que ha afectado negativamente su reproducción y supervivencia.
El ecosistema preferido del alzacola rojizo, compuesto por
paisajes mosaico con cultivos de secano, setos y áreas arbustivas, se ha
reducido significativamente en la provincia de Alicante y otras partes de la
Comunidad Valenciana. Como resultado, los alzacolas han
disminuido, y los avistamientos de esta especie son cada vez más esporádicos. Los
últimos censos indican que sus poblaciones están muy fragmentadas, con focos
residuales en algunas zonas del sur de Alicante y en áreas aisladas donde todavía
se encuentran las condiciones necesarias para su supervivencia. Se ha detectado
la presencia de parejas remanentes en bancales abandonados donde ha crecido la
salsola o barrilla. Este tipo de hábitat lo podemos encontrar en los aledaños
de Quincoces, en terrenos cercanos o adyacentes al lugar donde ha estado
colocada nuestra estación de fototrampeo.
La modernización de la agricultura ha llevado a la eliminación
de setos y márgenes, lo que ha reducido drásticamente el hábitat adecuado para
la especie. Los últimos avistamientos de alzacola rojizo en la región de
Alicante corresponden a pequeñas poblaciones que luchan por sobrevivir en
entornos cada vez más hostiles. Estos registros subrayan la necesidad urgente
de implementar medidas de conservación específicas que incluyan la protección y
restauración de su entorno natural, así como la promoción de prácticas
agrícolas sostenibles que puedan revertir la tendencia regresiva de esta
emblemática ave mediterránea.